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Conocer las humedades: cómo solucionar sus efectos

Existen, básicamente, tres tipos de humedades que afectan a muros y paredes: Por capilaridad, filtraciones desde el exterior y condensación.

Humedades por capilaridad

Son aquellas en las que el agua del subsuelo sube por los muros y paredes, arrastrando consigo sales (salitre) que dañan el cemento o el yeso, así como las pinturas que los cubren (provocando desconchones, moho, etc.).

 

 

Soluciones a las humedades por capilaridad

1. Revertir el flujo de la humedad La mejor solución es revertir el flujo de la humedad para que no suba por las paredes. Esto se consigue con técnicas como la de electrodos o la inyección de productos químicos, que son las más importantes. Ambas logran este efecto. No profundizaremos en este tratamiento debido a su elevado coste, ya que se emplea generalmente en edificios de gran importancia y valor, como templos, palacios o chalets especiales.

2. Eliminar revestimientos Otra solución efectiva y muy profesional es eliminar cualquier revestimiento que haya sobre los ladrillos (cemento, yeso, pinturas, etc.), dejándolos al desnudo. Luego se revisten con un «mortero drenante» (un cemento especial) que posteriormente se pinta con una pintura adecuada (generalmente de silicato). Tanto el mortero drenante como la pintura de silicato son permeables al agua. Por lo tanto, la humedad subirá por las paredes hasta salir a la superficie y, con una ventilación adecuada, se secará de forma natural sin dañar el yeso, el cemento o la pintura. Esta también es una solución laboriosa y no muy económica.

3. Sanear, consolidar y bloquear Por último, explicaremos la solución más asequible y utilizada. Primero, debes eliminar desconchones y moho (hay productos específicos para ello), y luego retirar las partículas sueltas con una lija. La superficie quedará pulverulenta, por lo que debes consolidarla aplicando una imprimación que se filtre en el revestimiento de yeso o cemento. Para ello, diluye la imprimación para aligerar su densidad y facilitar su introducción en los poros de la pared. Una vez hecho esto, ya tienes una pared con una barrera interior que consolida el soporte, donde aplicarás una pintura hidrófuga y fungicida de alta calidad. ¡Ojo! No estamos eliminando la humedad, sino poniendo barreras. Dependiendo de la intensidad del flujo de agua del subsuelo, de la consistencia que hayas conseguido en la reparación y de la calidad de la pintura que hayas utilizado, podrás haber hecho un buen trabajo que te dure mucho tiempo, pero no olvides que la humedad sigue ahí.

 

 

Humedades por filtraciones desde el exterior

Por su propia naturaleza, son ocasionales. Ocurren cuando hay una aportación de agua desde el exterior de la edificación (el lado positivo) que se filtra hacia el interior (el lado negativo), y la filtración cesa cuando termina esa aportación. El caso más común es la lluvia. La solución ideal, evidentemente, es impermeabilizar el exterior. Para ello, existen pinturas con un alto grado de impermeabilización (de siloxano), tanto pigmentadas como incoloras (para ladrillo visto, por ejemplo). Si no es posible impermeabilizar el exterior, lo único que se puede hacer es aplicar una barrera antihumedad en el lado interior, como se describió en el punto 3 del apartado anterior.

Humedades por condensación

Se producen cuando la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de una habitación es grande, haciendo que el agua ambiental se licúe y se deposite en cristales, techos y paredes. Esto provoca manchas de moho, generalmente en las zonas más frías de la estancia (paredes y techos que colindan con el exterior, especialmente en la orientación norte).

La solución consiste, básicamente, en ventilar frecuentemente y hacer que la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de la pared o el techo sea la menor posible. Esto es especialmente importante cuando se aporta humedad extra (al ducharse o cocinar) y se aumenta la temperatura ambiental (por calefacción, por ejemplo). Para eliminar las manchas, utiliza un limpiador de moho efectivo, basado en hipoclorito, que pulverizarás sobre la superficie enmohecida. En pocos minutos las manchas habrán desaparecido. Solo falta pintarlo con una pintura de buena calidad y con conservante antimoho.

 

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